viernes, 13 de diciembre de 2013

MENSAJE DEL CONSEJO GENERAL EN LA ASAMBLEA DEL CMS



Os traigo el saludo fraterno de Hna. Cecilia Andrés y de las hermanas del Consejo General.
Gracias por acogerme entre vosotros en el encuentro que celebráis en la cuna de la Congregación y por tanto, cuna del carisma que compartimos hermanas y laicos.
Gracias, hermanas de la comunidad y Grupo del CMS de Menorca por recibirnos tan bien.
Celebramos este encuentro al comienzo del Adviento. Toda la Iglesia renueva su espera del Señor, que vendrá al final de los tiempos. Y lo haremos también, reviviendo la venida de Dios, hecho persona humana concreta en Jesús. Se hace carne de nuestra carne en el vientre de María. Dios se hace familiar nuestro.
Por todo esto, el Adviento nos suena a Comunión: la Comunión de Dios con todos sus hijos. Jesús nos invitó a considerarnos todos hermanos, pues tenemos un padre común, nuestro buen Dios.
¡Qué bien resuena la Comunión en la familia del Carmelo Misionero! Estamos llamados de un modo especial a ser creadores de comunión allí donde estemos. A favorecer una Iglesia que vive realmente la comunión.
El Don recibido se hace Compromiso especialmente para nosotros: la gracia de Dios nos pone en movimiento y nos hace encontrarnos como una gran familia, unida por el Carisma que nos transmitió Francisco Palau.
A vosotros, amigos y amigas del Carmelo Misionero Seglar, vuestra vocación laical os lleva a sembrar la comunión en la vida familiar, social, laboral, cultural y política. Nuestro continente europeo necesita que viváis vuestra vocación conscientemente y que, con toda libertad, os empeñéis en expresar la comunión a la que nos sentimos llamados, con vuestra contribución a un mundo más solidario, más justo, más pacífico, más humano. Vuestra vida ha de anunciar a través de la comunión, la profecía del Reino de Dios.
El Carmelo Misionero Seglar está creciendo y tomando diferentes rostros y formas, por todo el mundo. Ahora es cuando se necesita crecer en comunicación y en cohesión dentro de cada grupo y con los demás. Que se pueda percibir vuestra propia identidad, vuestra misión en la Iglesia. Crece el imperativo de la comunión como prueba de que está viva, en nosotros, todos nosotros, la mística y la profecía que brotan de nuestra identidad.
Con todo cariño os animamos, igual que a nosotras mismas, a seguir con la mirada puesta en Jesús, enamorados de la Iglesia, su cuerpo vivo. Francisco Palau seguirá siendo un faro que ilumine nuestro crecimiento en la fe y en el carisma.
La Iglesia es en Cristo signo de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano”
Queridos amigos y amigas, queridas hermanas, caminamos unidos por el mismo sendero hacia la misma meta. La Virgen María, la Virgen misionera de estas Islas os acompañe en vuestro caminar.

Con afecto fraterno, en nombre del Consejo General,
Hna. Josefina Byon.




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