Un año más nuestra parroquia celebró la peregrinación a
Montserrat junto a otras parroquias que tienen como advocación a la Mare de Déu de Montserrat.
El 27 de abril se celebra La Virgen de Montserrat que fue declarada santa patrona de Cataluña por el
papa León XIII.
Cuenta la leyenda que unos pastores estaban pastando sus ovejas
cerca de Montserrat y descubrieron la imagen de madera en una cueva, en medio
de un misterioso resplandor y cantos angelicales. Por órdenes del obispo de
llevarla a la catedral, comenzó la procesión, pero no llegó a su destino, ya
que la estatua se empezó a poner increíblemente pesada y difícil de manejar.
Entonces fue depositada en una ermita cercana, y permaneció allí hasta que se
construyó el actual monasterio benedictino.
La virgen es de talla románica. El color oscuro de Nuestra Señora
de Montserrat se atribuye al humo de innumerables velas y lámparas que por
siglos se han encendido ante la imagen día y noche.
Por el santuario de La "Mare de Déu de Montserrat" han pasado muchísimos santos, entre ellos el
Beato Francisco Palau y para nosotros esta experiencia mariana hace que la
peregrinación tenga una connotación especial.
MONTSERRAT EN LA
VIDA DE FRANCISCO PALAU
Montserrat
fue frecuentado por el P. Palau en búsqueda de silencio y soledad para las
comunicaciones con su Amada y para descubrir en él todo aquello que lo alejaba
de vivir según el plan divino. El 22 de junio de 1861 expresaba en una carta a
Juana Gratias: “Yo pienso ir tres
días a Montserrat” (Cta 64,2),
y en otra carta nos da la noticia de que
Juana también hace ejercicios en Montserrat: “La hermana Juana ahora ha ido a Montserrat a unos ejercicios” (Cta
85,2). Por lo tanto podemos pensar que Montserrat para el P. Palau era un
referente importante para sus retiros espirituales y que así se lo transmitió a
su dirigida espiritual quien también frecuentó este lugar.
Nuevamente tenemos
testimonio de otra ida a este monte el año 1864. En estos ejercicios, Francisco
Palau, vive una honda experiencia mariana, que marcará toda su espiritualidad
con respecto a María. También tiene experiencias místicas, tales como “heridas
de amor”, “presencia continua de la
Amada”, experiencia
Trinitaria en relación con el misterio eclesial, etc.
Pero
sobre todo, en estos ejercicios, el P. Palau toca profundamente su pequeñez, en
cuanto pecador y a la vez toca su
grandeza, el día 5 de agosto “hace época
en su vida”, el P.
Palau vive en una ermita de este monte la experiencia del matrimonio espiritual.
Conchita
CMS BADALONA
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