Porque estuvo siempre contigo.
Porque estará siempre con nosotros, y tú lo creíste.
Porque en esa confianza, casi espontánea, nació tu Sí.
Haz, madre, que sintamos que es posible que nuestro Sí nazca de la misma certeza.
TERESA
Es una mujer casada. Vive con su marido Casimiro y con 89 mendigos/as en una pequeña casa a la que ellos han conseguido convertir en un "Hogar".
Desde muy joven sintió una fuerte indignación por las situaciones de injusticia, por los abusos y negligencias del poder con los más débiles. Poco a poco se fue implicando en ayudas, colaboraciones, etc., lo que la llevó a la denuncia y a tomar una postura, a definirse.
Lo que la mueve no es sólo el aspecto social, aquello de mejorar la sociedad. Llegó un momento en que la dolía el dolor del otro, la angustia y la tristeza del otro. Y lo hizo suyo. Sabe que no va a ser fácil. Además, si la angustia y el dolor la superan, no podrá ayudar a otros, a aquellos que la necesitan.
Siempre ha tenido fe y. desde pequeña, en su casa y en el colegio, ha oído hablar de Jesús. Es un personaje que la apasiona, lo que la hace buscar referencias sobre él. Se acerca a personas, a grupos que también buscan esas referencias, y se encuentra con la Biblia, el Antiguo y Nuevo Testamento, que le irán desvelando un personaje mucho más intenso y del que va haciendo una lectura profunda.
Será a través de la oración como empiece a sentir al Cristo cercano a ella y próximo en los que la rodean. Aprende a orar, buscando nuevas formas y fórmulas de oración que la acerquen a Dios y que la identifiquen con su Hijo.Aprende a ser consciente del infinito amor de Él por los hombres y descubre su auténtica pasión por los más pequeños, los débiles, los enfermos, los pobres, los miserables. Esto la lleva a compadecerse con ellos -a padecer con-, lo que hace poniendo en juego toda su energía y su vida para ayudarles a liberarse del autodesprecio, la angustia, la desilusión, el odio, la amargura, la desesperación y el dolor, en definitiva, todo aquello que destruye y acaba con el hombre.
Ella les hace sentirse queridos y saber así que hasta en la peor de las situaciones pueden ser amados porque hemos sido creados por la totalidad del amor, y que ese amor sólo quiere nuestra felicidad. Y feliz es el que ama y se siente amado y hace sentirse amados a los demás. Pero eso es una opción personal. Por eso sólo puede manifestarse a través de las personas, hombres y mujeres concretos que se lo creen, que se empapan de ello. Y eso les lleva a generarlo en los demás pues no se puede contener. Porque si crees, lo vives; y si lo vives, te desborda; y cuando te desborda, sin poder evitarlo, les llega a los demás. Sin lecciones, sin teorías, en la vida, en el hacer, en lo cotidiano, en el día a día.Teresa vive con su marido Casimiro desde hace años en una casa, que poco a poco han ido convirtiendo en un hogar, con 89 mendigos prácticamente terminales, personas tremendamente deterioradas que no pueden valerse por sí mismas. Algunos son deficientes psíquicos, otros deficientes físicos. La soledad, el alcohol y la vida en las calles ha hecho estragos en ellos. No tienen casa, no tienen familia. Algunos no tienen identidad, están indocumentados y, dado su estado, es dificilísimo saber quiénes son, de dónde vienen o dónde nacieron para que puedan encontrar-se con sus raíces y recuperar su identidad, así corno para poder reclamar una ayuda para ellos a las autoridades competentes. Claro que dichas autoridades no facilitan mucho la labor, aun sabiendo que el problema y responsabilidad es suya.
El hogar no tienen subvención alguna. Lo más sorprendente es que, cuando le preguntan de qué viven, ella contesta: "de la providencia". Bueno, ya..., entonces, ¿qué es para ti la providencia? Su respuesta es: "LA PROVIDENCIA SON USTEDES".
EL SEÑOR ES CONTIGO
Porque has creído que Dios habita en los más pobres.
Porque crees en la providencia, hasta el punto que esperas que se manifieste a través de nosotros.
Porque haces compatible el ser mujer, laica y esposa con una intensa vida de oración, que sustenta tu entrega a los más débiles.
Y porque, al ser consecuente con lo que crees, es evidente que EL SEÑOR ES CONTIGO.
Frase de la semana
Nosotros somos la providencia,
la respuesta de Dios a los otros
Texto de la Escritura
Lc 10,25-37
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