miércoles, 25 de mayo de 2011

“Mes de Mayo, toca Primeras Comuniones”

En pleno Tiempo Pascual, nos adentramos en el mes de mayo, periodo que la Iglesia dedica especialmente a María, la Madre de Dios. Muchos de los pueblos y ciudades que jalonan nuestra geografía celebran en estas fechas sus romerías y fiestas patronales. También es el tiempo de las Primeras Comuniones. Los más pequeños, que se han venido preparando en los años precedentes para este gran día, reciben en estas fechas por primera vez a Jesús Sacramentado.

Para que la Primera Comunión sea encuentro verdadero con Jesús y comienzo de una nueva etapa de crecimiento cristiano.

El Papa Benedicto XVI ha querido saludar especialmente a los niños de primera comunión en sus palabras tras el rezo del Regina Coeli. Le ha dicho: "A todos los niños que en estas semanas se encuentran por primera vez con Jesús Eucaristía les dirijo un especial saludo, deseando que se conviertan en sarmientos de la Vid y que crezcan como verdaderos discípulos suyos". El papa entabló un diálogo, una catequesis, con los niños. Uno de ellos le preguntó a Benedicto XVI:

RECUERDO DE SU PRIMERA COMUNION

ANDRES, tenía esta curiosidad: "Querido Papa, ¿Qué recuerdo tienes del día de tu Primera comunión?”... Y el Santo Padre Benedicto, le contestó algo muy hermoso:"… recuerdo bien el día de mi primera Comunión. Fue un hermoso domingo de marzo de 1936; o sea, hace 69 años. Era un día de sol; era muy bella la iglesia y la másica; eran muchas las cosas hermosas y aún las recuerdo. Éramos unos treinta niños y niñas de nuestra pequeña localidad, que apenas tenía 500 habitantes. Pero en el centro de mis recuerdos alegres y hermosos, estás este pensamiento…: comprendí que Jesús entraba en mi corazón, que me visitaba precisamente a mí. Y, junto con Jesús, dios mismo estaba conmigo. Y que era un don de amor que realmente valía mucho más que todo lo que podía recibir en la vida; así me sentí realmente feliz, porque Jesús había venido a mí. Y comprendí que entonces comenzaba una nueva etapa de mi vida – tenía 9 años – y que era importante permanecer fiel a ese encuentro, a esa Comunión. Prometí al Señor: “Quisiera estar siempre contigo” en la medida de lo posible, y le pedí: “Pero, sobre todo, está tú siempre conmigo”. Y así he ido adelante por la vida. Gracias a dios, el Señor me ha llevado siempre de la mano y me ha guiado incluso en las situaciones difíciles. Así, esa alegría de la primera Comunión fue el inicio de un camino recorrido juntos. Espero que, también para todos ustedes, la primera Comunión que habéis recibido, sea el inicio de un camino juntos, porque yendo con Jesús vamos bien, y nuestra vida es buena".

A JESUS, NO LO VEO EN LA EUCARISTIA

ANDRÉS, tenía una gran preocupación que quiso confiársela al santo Padre Benedicto. Por eso le preguntó: "Mi catequista, al prepararme para el día de mi primera comunión, me dijo que Jesús está presente en la Eucaristía. Pero,¿Cómo?. Yo no lo veo”. "Sí, no lo vemos, pero hay muchas cosas que no vemos y que existen y son esenciales. Por ejemplo, no vemos nuestra razón; y, sin embargo, tenemos la razón. no vemos nuestra inteligencia, y la tenemos. En una palabra, no vemos nuestra alma y, sin embargo, existe y vemos sus efectos, porque podemos hablar, pensar, decidir, etc. así tampoco, por ejemplo, la corriente eléctrica y, sin embargo vemos que existe, vemos cómo funciona este micrófono; vemos las luces. En una palabra, precisamente las cosas más profundas, que sostienen realmente la vida y el mundo, no la vemos, pero podemos ver, sentir sus efectos. No vemos la electricidad, la corriente, pero vemos la luz. Y así sucesivamente. del mismo modo, tampoco vemos con nuestros ojos al Señor resucitado, pero vemos que dónde está Jesús los hombres cambian, son mejores. se crea mayor capacidad de paz, de reconciliación, etc. Por consiguiente, no vemos al Señor mismo, pero vemos sus efectos: así podemos comprender que Jesús está presente. Como he dicho, precisamente las cosas invisibles son las más profundas e importantes. Por eso, vayamos al encuentro de este Señor invisible, pero fuerte, que nos ayuda a vivir bien".

¡QUÉ IMPORTANTE LA MISA DE LOS DOMINGOS!

JULIA, preguntó algo muy importante: "Santidad, todos nos dicen que es importante ir a misa el domingo. Nosotros iríamos con mucho gusto, pero, a menudo, nuestros padres no nos acompañan porque el domingo duermen. El papá y la mamá de un amigo mío trabajan en un comercio, y nosotros vamos con frecuencia fuera de la ciudad a visitar a nuestros abuelos. ¿Puedes decirles una palabra para que entiendan que es importante que vayamos juntos a misa todos los domingos?”.

El Papa, le contestó: "Creo que sí, naturalmente con gran amor, con respeto por los padres que, ciertamente, tienen muchas cosas que hacer. Sin embargo, con el respeto y amor de una hija, se puede decir: querida mamá, querido papá, sería muy importante para todos nosotros, también para ti, encontrarnos con Jesús. Esto nos enriquece, trae un elemento importante para nuestra vida. juntos podemos encontrar esta posibilidad. en una palabra, con gran amor y respeto, a los padres diría:” comprended que esto no sólo es importante para mí, que no lo dicen sólo los catequistas; es importante para todos nosotros; y será una luz del domingo para toda nuestra familia".

"YO SOY EL PAN DE VIDA"

ANA, preguntó: “Querido Papa, ¿nos puedes explicar qué quería decir Jesús cuando dijo a la gente que lo seguía: YO SOY EL PAN DE VIDA?”

El Santo Padre, hizo esta sencilla catequesis: "…el pan es el fundamento de la alimentación, y si Jesús se llama el Pan de vida, el pan es, digamos, la sigla, un resumen de todo el alimento. Y como necesitamos alimentar nuestro cuerpo para vivir, así también nuestro espíritu, nuestra alma, nuestra voluntad necesita alimentarse. Nosotros, como personas humanas, no sólo tenemos un cuerpo sino también un alma; somos personas que pensamos, con una voluntad, una inteligencia, y debemos alimentar también el espíritu, el alma, para que pueda madurar, para que pueda llegar realmente a su plenitud. Así pues, Jesús dice "Yo Soy el Pan de Vida”, quiere decir que Jesús mismo es este alimento de nuestra alma, del hombre interior, que necesitamos, porque también el alma debe alimentarse. Y no bastan las cosas técnicas, aunque sean importantes. Necesitamos precisamente esta amistad con Dios, que nos ayuda a tomar decisiones correctas. Necesitamos madurar humanamente. En otras palabras, Jesús nos alimenta para llegar a ser realmente personas maduras y para que nuestra vida sea buena".

Decálogo de las familias para las primeras comuniones de sus hijos

Diez verbos -cuyas iniciales forman la palabra clave: Eucaristía- pueden ayudarnos a vivir con sentido y profundidad este día tan esperado para nuestros hijos (Cfr. MJ

ESPERAR: La primera comunión es comienzo, no es final... Ir más allá del instante es fundamental. Comienza una nueva etapa en el proceso de iniciación cristiana de vuestro hijo, que no se puede quedar ahí. La comunidad os necesita.

UNIR: Crear un ambiente de unión y no de división será el mejor de vivir lo que es central en ese día: la común-unión.

CONVIVIR: Caer en la cuenta de que las celebraciones son momentos de encuentro en la familia (padres e hijos, hermanos, abuelos, tíos, amigos...) y con las familias de los compañeros de mis hijos.

ALEGRARSE: Para que la alegría no se esfume es imprescindible poner más los ojos en Dios que en nuestros deseos, gustos, y, a veces, problemas y discrepancias.

RECORDAR: Preparar algún detalle personal que sea auténtico recordatorio del encuentro que el niño ha tenido con Dios. Este encuentro es lo verdaderamente central.

INTENSIFICAR: Favorecer los momentos en los que compartir con el niño confidencias, oraciones y conversaciones sobre la experiencia de Dios recibida.

SIMPLIFICAR: Convertirse en "contrapunto" de los mensajes que incitan al consumo de inevitables y absurdos regalos. Hacer que el día sea "sencillamente distinto".

TRANSMITIR: Comunicar la propia fe es el mejor regalo. Es una buena ocasión para mostrar que la experiencia de la comunión transforma cada día y es Jesús quien nos da la luz que ilumina y orienta nuestra vida.

INTERIORIZAR: Detener la mirada en lo verdaderamente significativo. Hacer balance del día con el niño o niña destacando lo más importante.

AGRADECER: Participar totalmente del Cuerpo y de la Sangre del Señor es motivo más que suficiente para alabar y agradecer a Dios su invitación a formar parte de El. Eucaristía significa "acción de gracias".

¿Recordáis, amigos, el día de vuestra primera comunión? ¿Recordáis el día de la primera comunión de vuestros hijos? Quien os habla recibió la primera comunión el 5 de mayo de 1966. Hace, pues, 40 años. No sé si aquel día fue el más feliz de mi vida. Quizás no, aunque sí fue feliz, hermoso, tierno e inolvidable. Recuerdo bien la celebración. Recuerdo bien las catequesis previas, la primera confesión, la oración de acción de gracias tras haber comulgado por primera vez. Recuerdo bien la sensación de que algo grande que me había ocurrido. Recuerdo bien asimismo los días siguientes en que iba contando las sucesivas comuniones que recibía. Recuerdo bien asimismo los primeros grupos de catequesis de primera comunión que preparé como catequista.

Todos estos recuerdos se agolpan en mi memoria y en mi corazón con el sentimiento y la convicción de que merece la pena seguir cuidando al máximo la preparación y la celebración de la primera comunión de nuestros niños. Que toda la comunidad eclesial y que los padres y familiares de nuestros niños de primera comunión deben respetar y potenciar, también al máximo, la identidad y la esencia de este acto religioso y cristiano a fin de que sea lo que tiene que ser .La primera comunión es el final de un proceso catequético, evangelizador y religioso y el comienzo de otro. Comienza una nueva etapa, que requiera también de formación catequética, de vida de piedad y de ejemplo de los padres y de demás personas del entorno de los niños. Jamás debe ser el día de la primera y de la última comunión.

UNA REFLEXION FINAL

Aquel día, cercano o ya lejano; día maravilloso en que Jesús por primera vez te visitó: hizo por unos instantes de tu corazón, su Sagrario. Con este encuentro del Papa con estos niños, puedes: "revivir aquellos instantes de tu primera Comunión", fortalecer tu fe en Jesús Eucaristía, amarle y adorarle. Puedes redescubrir la necesidad que todos tenemos de “mantener limpia el alma”, desde el sacramento de la Reconciliación…

Que María santísima, te enseñe a "adorar a Jesús, en la Santa Eucaristía” ¡El Señor ha querido quedarse en el Sagrario para que vos vayas a darle tu amor, a adorarlo!. "…la adoración es, en su esencia, un abrazo con Jesús, en el que le digo: “Yo soy tuyo y te pido que Tú también estés siempre conmigo” (Benedicto XVI)".

CMS se suma a estas palabras del Papa y felicita a los niños de primera comunión y a sus familias con la esperanza de que tengan un verdadero encuentro con Jesús Eucaristía, que suponga el comienzo de una nueva etapa de crecimiento en su vida cristiana

CMS Trigueros

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