jueves, 23 de junio de 2011

Corpus Christi 2011

En la escuela, a los niños se les explica el ciclo del agua, para que aprendan que normalmente se encuentra en estado líquido pero que, a cierta temperatura, se evapora y forma las nubes hasta el momento en que vuelve a precipitarse en forma de lluvia. Cuando son más grandes, aprenden que una molécula de agua está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno, así como sus propiedades físicas y químicas. Estas reflexiones son muy importantes y encuentran numerosas aplicaciones prácticas en la vida. Pero si una persona tiene sed, no le sirve que le hablen de la composición del agua o de la temperatura de ebullición. Lo que necesita es un vaso de agua limpia para poder beber.

Todos estamos hambrientos y sedientos de felicidad. Las reflexiones de la teología son todas importantes y útiles para muchas cosas. Pero la persona hambrienta y sedienta de vida eterna lo que necesita es comer y beber a Dios. Lo dice san Juan de la Cruz que, hablando con Cristo, le dice que todos los que le hablan de Él le despiertan los deseos de amarle, pero lo que de verdad él busca es el encuentro con su amado, que Cristo mismo sea el mensajero y el mensaje:
¡Ay, quién podrá sanarme!
Acaba de entregarte ya de vero.

No quieras enviarme

de hoy más ya mensajero,

que no saben decirme lo que quiero.
Y todos cuantos vagan,
de ti me van mil gracias refiriendo,

y todos más me llagan,

y déjame muriendo
un no sé qué que quedan balbuciendo.
Para sanar nuestra herida de amor, para responder a nuestros deseos de vida eterna, a nuestra hambre y sed de felicidad, Jesús nos ha dado su Cuerpo como alimento y su Sangre como bebida. Esto es lo que celebramos en la fiesta del Cuerpo y Sangre de Cristo. Quienes quieran profundizar en sus orígenes y contenidos pueden clickar en este enlace, donde encontrarán la reflexión que envié el año pasado:
Para disfrutar escuchando dos bellas versiones del Panis angelicus, clickar aquí:
Y para escuchar el Pange lingua en la versión que poularizó Mocedades en mi infancia, clickar aquí:

http://www.youtube.com/watch?v=UW90wIHRVZA

P. Eduardo Sanz de Miguel, o.c.d.

2 comentarios:

CMS Trigueros dijo...

Son dos los días en que la Iglesia celebra de modo especial la Eucaristía: el Jueves Santo, que conmemora la institución de la misma, y la fiesta del Corpus, centrada en el misterio de la presencia de Jesús. Cuando la Eucaristía pasee por nuestras calles, tendremos que preguntarnos si el paso de Jesús-Eucaristía por la ciudad significa la acogida de su palabra en los corazones de quienes acuden a contemplarlo; si celebramos su presencia y la vigencia de su mensaje o, por el contrario, todo es ausencia. Sólo el pan de la vida da vida al mundo. Si la Iglesia lo olvida, pierde su razón de ser.

Javier y Conchita dijo...

"La presencia y forma del amado es la única cura para nuestro mal de amor"(S. Juan de la Cruz).

Santa Teresa de Jesús solía decir a sus hermanas: "permanezcamos amorosamente con Jesús y no desperdiciemos la hora siguiente a la Comunión. Es un tiempo excelente para rendir ante Dios los asuntos concernientes a nuestra alma".
Que seamos capaces de amar y adorar a Jesús en el Santísimo Sacramento y ver su rostro en el rostro de nuestros hermanos.

"La Eucaristía es el centro de la vida eclesial" (Fco. Palau"