miércoles, 7 de mayo de 2014
Mes de Mayo: Día 8
Un ramillete de flores campestres y silvestres: Virtudes naturales
Hay virtudes que recibimos de Dios como autor de la
naturaleza: son dadas, y crecen en nosotros sin gran cuidado nuestro, porque por un don natural tenemos a ellas tendencia,
inclinación, voluntad
y amor. Y éstas, unas son intelectuales y otras morales. Sin la caridad no son virtudes
perfectas, lo son según el orden natural.
No porque las tengamos sin trabajo y cuidado
nuestro son menos dignas de aprecio que las que adquirimos
con grandes penalidades nuestras. Una virtud que cuesta a uno
muchas lágrimas, a otro se le ha dado de balde.
Virtudes naturales dadas a María
Dios,
como autor del orden natural, comunicó a la que estaba destinada para ser su
Madre todas la virtudes naturales en el más alto grado de perfección de que era
capaz un alma racional: sabiduría, ciencia, prudencia, habilidad en el arte de
su respectiva condición. Prudencia, justicia, fortaleza, templanza, con todas
las virtudes adjuntas a éstas. Estas virtudes, dadas con gran perfección,
recibieron con el cuidado, práctica y ejercicio, dirigidas por la caridad, un
grado muy sublime de excelencia.
Flores campestres a María
¿Qué
tienes de bueno que no lo hayas recibido de Dios? Esa misma virtud que a ti
nada te cuesta, y que a otros falta, cuídala bien, y seas por esto agradecido a
quien te la dio.
La
virtud que nació contigo, y que ha crecido entre las peñas de mil vicios sin
cuidado tuyo, no la desprecies; cultívala, trasplántala al borde de las aguas
de la gracia, elévala a un fin sobrenatural, y verás qué nuevo aspecto toma.
Presentación de flores campestres
ORACIÓN. Señora: Pongo hoy en
vuestras manos todas las virtudes, todos los dones, todas las dotes que he
recibido de Dios; y me comprometo a cuidar, cultivar y conservar estas flores.
Recibidlas, y presentadlas a vuestro Hijo.
"Mes de María"
Beato Francisco Palau
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