La figura de Santiago Apóstol, va mucho más allá de los esquemas –a veces simples e interesados- que podemos tener sobre este día. El gran calado de esta fiesta es el tesoro que nos trajo en sus manos: Jesucristo.
El sentido, primero y último de esta efemérides, es el homenaje a una persona que fue grande porque enorme fue su empeño por llevar el Evangelio hasta los últimos confines de la tierra, hasta el final de la tierra. Hasta lo que hoy seguimos conociendo como España.
¡SI; SEÑOR SANTIAGO!
Hoy, permíteme que te dé las gracias por tu gran regalo
Por poner, en nuestra tierra, la primer piedra
de ese gran edificio espiritual de Jesús de Nazaret
Déjame darte las gracias por tu valentía
incluso por haber creído de tal manera en Cristo
que te permitiste el lujo de pedir un puesto privilegiado
al lado del Padre Dios
Déjame, en esta tu fiesta,
sonrojarme ante la grandeza de tu fe
en comparación con la débil mía:
tú fiel hasta dar la vida por Cristo
yo fiel siempre y cuando no me exijan tanto.
Déjame, Señor Santiago,
darte las gracias por habernos dejado
tu encuentro con la Virgen María.
Ella, como hace tantos siglos,
sigue estando presente y ayudando
a todo aquel, a todos aquellos
que se ponen en camino
para llevar la Buena Noticia
por todos los rincones del mundo.
¡Gracias! ¡Gracias, Señor Santiago!
CMS Trigueros
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